jueves, 15 de octubre de 2009

Para tener memoria histórica de nuestro barrio



Santa María la Ribera es una colonia tradicional de la Ciudad de México, con un gran valor arquitectónico e histórico, ubicada en la delegación Cuauhtémoc. Se le considera el primer fraccionamiento moderno de la ciudad, el cual anuncia el desbordamiento de la ciudad con respecto a su traza original. Surgió a partir de 1861 de la fragmentación de la Hacienda de la Teja, en particular del rancho de Santa María la Ribera, situado al norte de la calzada de San Cosme.


Ubicado al noroeste del actual Centro Histórico, el área que ocupa actualmente la colonia fue desecada hacia 1545. Se consideró hasta su fraccionamiento en el siglo XIX como las afueras de la capital novohispana, colocándose en dicho punto la Garita de la Tlaxpana en la ribera del Río Consulado.


No fue sino hasta el siglo XIX en que la capital inició su primera expansión cuando Santa María creció en importancia y en población. Aparecieron vecindades para trabajadores de las haciendas y otros negocios y en 1840 el Cabildo de la Ciudad de México recibía representaciones de estos mismos barrios.[2]


Durante la ocupación estadounidense, el área fue un fuente de resistencia determinada contra las patrullas americanas que no querían entrar en Santa María por las noches.[3]


En 1861 y bajo la ocupación francesa, el área fue oficialmente designada "colonia" de la Ciudad de México, y luego subió en prominencia como área por más desarrollo residencial especialmente por pequeños comerciantes y trabajadores estatales, profesionistas e intelectuales. La familia Flores adquirió el rancho de Santa María con el fin de construir una colonia moderna y vender casas para habitación convirtiéndose en un exclusivo fraccionamiento inspirado en la arquitectura y traza francesas alcanzando su mayor auge durante el Porfiriato. "Aquí -escribió Ramón López Velarde a principios del siglo XX- vive tal filósofo, aquí tal novelista; aquí, la viuda y las hijas de un poeta; aquí, tal sabio en botánica. Pero domina, al fin, la indocta apariencia de la colonia, su fatalista descuido, su paz soñolienta").


A partir de la segunda mitad del siglo XX, la colonia Santa María la Ribera se transformó en barrio popular como consecuencia del surgimiento de nuevas colonias ricas en otras partes de la ciudad y de la construcción de edificios de departamentos en el barrio. Con el auge de la televisión, los teatros y cines del barrio perdieron progresivamente su público y fueron demolidos los cines Rivoli y Majestic, para construir un estacionamiento y un centro comercial. Luego del terremoto de 1985, la colonia acoge nuevos residentes, damnificados de otras zonas.


El Kiosko Morisco:


Símbolo de toda una colonia, el Kiosco Morisco es desde su edificación, una de las construcciones más características de la Colonia Santa María La Ribera.
El Kiosco Morisco se localiza en el centro de la Alameda de Santa María La Ribera, en el cruce de la calle Dr. Atl y Salvador Díaz Mirón.


La historia de este kiosco data de finales del siglo XIX, cuando fue diseñado por el Ing. José Ramón Ibarrola para ser el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 - 1885 y de la Feria de San Luis Missouri en 1902. La estructura de este kiosco (conformada por varios arcos y columnas mudéjares) está realizada completamente en hierro, material de construcción en voga en aquella época y que se piensa fue fundida en Pittsburgh, Pensilvania en hornos propiedad del magnate norteamericano Andrew Carnegie debido a la relación de amistad que tenía con el diseñador del kiosco.


Tras haber cumplido su cometido, la estructura fue traída de nuevo a México a principios del siglo XX, siendo instalada en el costado sur de la Alameda Central, en frente del ex - convento de Corpus Christi. Durante el tiempo que permaneció en ese lugar, el Kiosco Morisco fue sede de los sorteos de la Lotería Nacional. Posteriormente, durante las fiestas del centenario, el presidente Porfirio Díaz mandó erigir un monumento en ese sitio, el Hemiciclo a Juárez. Por tal razón y en respuesta a una petición por parte de los colonos del nuevo fraccionamiento Santa María La Ribera, el kiosco fue trasladado a su ubicación actual, donde es ahora el centro de reunión de la comunidad y orgullo de esa colonia, orgullo que ha alimentado un gran número de mitos alrededor de esta construcción, mismos que van desde la afirmación de que el kiosco fue donado por un jeque árabe hasta la asociación del kiosco con aspectos astrológicos y mágicos debido a su planta octagonal y el gran número de decoraciones geométricas que tiene.

Lo cierto, es que este espacio destaca por ser una construcción única en su tipo en la ciudad. En el kiosco se realizan varias actividades que van desde conciertos de orquestas de cámara, bandas populares hasta reuniones vecinales o bailes de salón, que dan a este lugar, una gran vitalidad, misma que ha conservado desde hace ya más de 100 años.





Referencias:

Wikipedia

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